Cinco mitos sobre la gestión eficaz del tiempo

Con frecuencia hemos escuchado a personas de nuestro alrededor opiniones diversas respecto al uso del tiempo. Algunas de ellas, personalmente, las califico de mitos, es decir: cuentos. Es verdad que no podemos controlar el transcurso del tiempo, pero sí podemos, y deberíamos, controlar nuestras decisiones y nuestras acciones.

Quiero compartir, a continuación, cinco de estos mitos y cómo podemos prevenirlos o superarlos:
  • No tengo tiempo: Muchas veces, mientras hacemos esta afirmación, vemos que otras personas con similares o aún mayores ocupaciones, sí "tienen tiempo". ¿Qué nos dice esto? Que, quizás, lo que no hemos tenido es disciplina. Si escuchas: "en toda la semana no he podido llamarte", ¿te lo crees? En absoluto. Si somos personas organizadas nada se nos debe escapar, menos aún si se trata de una prioridad. Y ¿que pasa si en algún momento nos encontramos ante dos compromisos que definitivamente no podemos cumplir en un tiempo determinado? Analicemos si lo que nos ha faltado es una mejor planificación  para no asumir ambos compromisos o bien si nos ha faltado carácter para manifestar con claridad "¡es imposible entregarlo en ese tiempo aún haciendo los máximos esfuerzos!". Sin embargo, soy de los que piensa que nada es imposible, con estudio, práctica y tiempo.
  • El tiempo vuela: La relatividad del tiempo existe pues depende de cómo lo percibimos: no lo percibe de la misma manera, por ejemplo, el que espera a alguien y el que llega tarde a una cita. Al que espera cinco minutos, se le hace eterna la espera, mira a todas partes a ver si llega...; el que llega tarde se disculpa diciendo que han sido sólo "un par de minutos". Para que el tiempo no se nos vuele, la solución es planear, programar, organizar. Debemos tener en nuestra mano el control de las circunstancias. Las personas y las empresas eficaces siempre tienen respuestas satisfactorias porque emplean adecuadamente su tiempo.
  • Se nos ha echado el tiempo encima: Claro ejemplo de des-organización en la mayoría de los casos. Debemos esforzarnos por resolver las cosas en el momento en el que se nos presentan, sin decir "aún me queda tiempo para entregar este trabajo" o, simplemente, "luego lo hago". A la hora de organizarnos deberíamos establecer prioridades. Por norma genera, les personas eficaces transmiten serenidad en su actuar, los desordenados ansiedad.
  • Hay que recuperar el tiempo perdido: No es posible. Las cosas que dejamos de hacer ayer ya no podremos hacerlas nunca más. Quien está comprometido con sus objetivos sabe que un día perdido puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Cuántas veces hemos estado a punto de cerrar un extraordinario negocio, en cualquier campo de la vida, pero por dejar un fleco importante para el día siguiente alguien nos come el pastel...
  • Soy esclavo del tiempo: No te engañes, porque el tiempo está a tu disposición. Debemos acostumbrarnos a emplearlo, a invertirlo, y jamás permitir sentirnos esclavizados de tal forma que no podamos disfrutar de las cosas bellas de la vida. La clave no está en trabajar más sino hacerlo de forma más inteligente.

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